- Mediante procedimientos constitucionales, el Ejército absorberá la Guardia Nacional en octubre de 2024, cuando Claudia Sheinbaum tome posesión del cargo.
- El cuerpo estará integrado dentro de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
- La oposición critica el aumento de la militarización por parte del partido Morena.
La nueva presidenta elegida de México, Claudia Sheinbaum, ha confirmado que la Guardia Nacional se militarizará y estará dentro de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). El procedimiento se llevará a cabo mediante cambios constitucionales y entrará en vigor el 1 de octubre, cuando tome posesión en el cargo.
«La Guardia Nacional, en tan solo cinco años, ya tiene el reconocimiento del pueblo de México. Nos corresponde a partir del primero de octubre seguir fortaleciendo y consolidar a la Guardia Nacional como parte de la Secretaría de la Defensa Nacional con la reforma constitucional que está en puerta en el Congreso de la Unión», sostiene la presidenta electa en declaraciones recogidas por el diario El Proceso. Asimismo, defendió la labor de López Obrador, ya que «dejó de velar por unos cuantos y comenzó a velar por el pueblo de México».
Obrador ha defendido la medida, y asegura que es «muy buena noticia», ya que este cuerpo se fundó «en tiempo récord» para «proteger a los mexicanos y garantizar la paz» en el territorio. «Cuando existía la Policía Federal, además de que solo eran 40 mil elementos en su mejor momento, de esos 40 mil, solo la mitad estaban operativos, porque todos los demás estaban en funciones administrativas». En la actualidad, según datos oficiales, la Guardia Nacional la conforman más de 120 mil elementos.
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Además, el presidente saliente AMLO aseguró que con esta medida «van hacia adelante», y felicitó las declaraciones de Sheinbaum. «Me dio mucho gusto escuchar que la presidenta electa de México y la próxima presidenta constitucional y comandante suprema de las Fuerzas Armadas haya dado a conocer que la Guardia Nacional va, como debe de ser, a formar parte de la estructura de la Secretaría de la Defensa Nacional, es una muy buena noticia».
También añadió que en líderes anteriores, establecían como criterio que la inseguridad y violencia «lo podían resolver solo con el uso de la fuerza». Sin embargo, asegura que ese no es el camino, ya que «no se puede enfrentar la violencia con la violencia». Asegura que esto «lleva tiempo», pero que van por el «camino correcto».
La militarización de cuerpos civiles en México
En agosto de 2022, el presidente Andrés Manuel López Obrador emitió un decreto para que la Guardia Nacional, creada originalmente como una corporación de carácter civil, pasara a depender por completo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Con este decreto, México dejó de tener una fuerza policial civil, ya que la Guardia Nacional, la mayor corporación policial del país con más de 114 mil efectivos, quedó bajo control operativo y administrativo del Ejército.
La oposición criticó esta decisión, argumentando que iba en contra de lo aprobado originalmente por el Congreso para que la Guardia Nacional tuviera un mando civil. Consideraron que este decreto representaba un mayor avance en la militarización de la seguridad pública en México, algo que el gobierno federal justificó por la incapacidad de las autoridades civiles para combatir la inseguridad y la violencia. Durante el mandato de López Obrador, se devolvieron soldados a los cuarteles militares y se justificó el uso de ellos en aras de la seguridad contra el crimen organizado.
Militarización en el último año de mandato
En abril de 2023, AMLO aseguró que en los últimos meses de su mandato iba a militar a la Guardia Nacional, después de que la Corte Suprema asegurase que la reforma que realizó en septiembre de 2022 era ilegal. En el fallo, se retiró la norma, ya que, en la elaboración de la Guardia Nacional, se impuso en la Constitución que esta debía ser dependiente de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
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Meses más tarde, en febrero de 2024, el presidente lanzó un paquete de reformas constitucionales, entre las cuales se incluía consolidar el control de la Guardia Nacional por parte de la Sedena. El mandatario buscaba hacer ajustes en la Constitución en diversos rubros, incluyendo el Poder Judicial y las consultas populares. La presentación de estas iniciativas de reforma se realizó el 5 de febrero de 2024 en Palacio Nacional, donde el presidente detalló los cambios que proponía a la Carta Magna. Estas reformas serían sometidas al Congreso, que definiría si se aprueban o rechazan.
La victoria de Sheinbaum consolida esta militarización
Después de los comicios presidenciales del 2 de junio, donde ganó la oficialista Sheinbaum, el partido gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena), fundado por AMLO, consiguió una mayoría también en el Congreso. Esto consolidará los cambios previstos por el presidente saliente.
El máximo líder de la Sedena, Luis Crecencio Sandoval, aseguró que ese cuerpo ha trabajado para situar a la Guardia Nacional como «la máxima institución de seguridad pública» de México. «En un tiempo récord hemos alcanzado logros, y estamos ciertos que aún falta camino por recorrer, pero vamos por la ruta correcta». «Sin descuidar sus misiones constitucionales, la Sedena seguirá acompañando a la Guardia Nacional».
¿Qué implica esta militarización?
La integración de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en México implica varias modificaciones importantes en la estructura y funcionamiento de la seguridad pública del país. Esta reforma otorga a la Sedena el control operativo y administrativo de la Guardia Nacional, alineando sus actividades con la Estrategia Nacional de Seguridad Pública definida por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).
Uno de los principales argumentos del gobierno para esta integración es la percepción de corrupción e ineficiencia en la extinta Policía Federal, y la necesidad de una fuerza más disciplinada y estructurada, como lo es la Guardia Nacional bajo el mando militar. Sin embargo, esta decisión ha generado controversias y críticas debido a las implicaciones de una mayor militarización de la seguridad pública. La oposición señala que esta medida podría contravenir principios constitucionales y agravar la sensación de un aumento de la influencia militar en áreas tradicionalmente civiles.
Además, la transición ha causado incertidumbre y preocupación entre los elementos policiales que actualmente forman parte de la Guardia Nacional, quienes temen por la pérdida de sus derechos laborales, antigüedad y grados dentro de la nueva estructura operativa. Se han reportado casos de discriminación y falta de claridad sobre el futuro de estos elementos, incrementando la tensión y el descontento dentro de la corporación.
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Artículo escrito por:
Rubén Asenjo Morillas. Periodista apasionado por la actualidad internacional y la geopolítica. Escribo para entender el mundo en constante cambio y compartir perspectivas que despierten la reflexión y el debate. Comprometido con la búsqueda de la verdad y las historias que impacten e inspiren.
