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¿Cómo ha sido el intento de golpe de Estado de Bolivia?

Análisis

Rubén Asenjo
Rubén Asenjo
Periodista apasionado por la actualidad internacional y la geopolítica. Escribo para entender el mundo en constante cambio y compartir perspectivas que despierten la reflexión y el debate. Comprometido con la búsqueda de la verdad y las historias que impacten e inspiren.
  • Una facción militar, bajo el liderazgo del comandante Zúñiga, intentaron un golpe de Estado en Bolivia el 26 de junio de 2024.
  • Las tropas invadieron la Plaza Murillo y rodearon e invadieron el Palacio Quemado.
  • Un cambio in extremis del comandante del país por parte de Luis Arce acabó con el intento de golpe. José Wilson Sánchez, nombrado comandante general del Ejército en pleno golpe, exigió a las tropas la vuelta a los cuarteles.
  • El general Zúñiga fue detenido.

El 26 de junio de 2024, Bolivia vivió un intento de golpe de Estado encabezado por el general Juan José Zúñiga. El suceso comenzó durante el mediodía, cuando Zúñiga y un grupo de oficiales militares sublevados intentaron tomar control de varias instalaciones gubernamentales clave en La Paz. La situación se desarrolló rápidamente con enfrentamientos entre los golpistas y las fuerzas leales al gobierno del presidente Luis Arce. Según fuentes del Gobierno, durante el transcurso de los hechos hubo un total de 9 civiles heridos.

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Las tropas golpistas intentaron en primera instancia controlar el Palacio Quemado, con el objetivo de tomar el control del Gobierno y crear un nuevo gabinete de ministros. También tenían como objetivo la liberación de algunas personalidades como Jeanine Áñez, Luis Fernando Camacho y un grupo de militares. Sin embargo, en el momento en el que entraron al palacio, el presidente Luis Arce no estaba ahí, ya que la residencia del presidente está en la Casa Grande del Pueblo. Posteriormente, se filtró un vídeo donde Arce y Zúñiga estaban discutiendo y negociando. El presidente le solicitó que depusiera las armas y volvieran a los cuarteles, cosa que Zúñiga se negó.

Antecedentes

Bolivia, país sudamericano, enfrenta una grave inestabilidad política y económica. Además, esta profunda crisis política está agravada por la división interna dentro del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido gobernante. Esta división enfrenta al presidente Luis Arce y al expresidente Evo Morales. La lucha por el control del partido ha paralizado en gran medida la capacidad del Ejecutivo para responder a los problemas del país.

Morales, tras su regreso del exilio, ha anunciado su intención de postularse nuevamente en las elecciones de 2025, a pesar de que un fallo del Tribunal Constitucional de 2023 aparentemente le prohíbe hacerlo. Esta situación ha incrementado las tensiones políticas, con ambos líderes utilizando los tribunales para avanzar sus agendas políticas​.

La economía boliviana, que alguna vez fue una de las de mayor crecimiento en América Latina, se encuentra en una situación precaria. Los problemas incluyen una drástica disminución de las reservas internacionales netas, el debilitamiento de la moneda local, una caída en la producción, falta de carburantes y una escasez de dólares que ha dificultado el comercio exterior. Además, la crisis del Poder Judicial se agrava, debido a la prórroga indefinida de la presidencia de los tribunales de justicia del país.

Con las elecciones de 2025 en el horizonte y las tensiones entre Arce y Morales intensificándose, el país enfrenta un período de inestabilidad política y económica. La capacidad del gobierno para gestionar la crisis dependerá en gran medida de su habilidad para resolver las divisiones internas y restaurar la confianza en sus instituciones económicas y políticas.

Cronología de los hechos

El golpe de Estado de Bolivia comenzó cuando un grupo de militares y tanques rodearon la Plaza Murillo y el palacio de gobierno. Comenzó aproximadamente a las 14:30 hora local. El Comandante General del Ejército, Zúñiga, lideró esta insurrección. Desde la plaza, declaró. «Habrá nuevo gabinete de ministros, seguramente que se va a cambiar, pero no puede seguir así nuestro Estado. Queremos recuperar la patria, basta de empobrecer a nuestra patria». Posteriormente, un tanque tiró abajo la puerta de entrada del palacio, y los militares lo invadieron. Eduardo Del Castillo, ministro de Gobierno, se acercó a los militares para pedir el fin del golpe de Estado y una explicación.

Dentro del palacio, Zúñiga declaró a los medios de comunicación que «seguramente pronto habrá un nuevo Gabinete de ministros» Criticó que el país «no puede seguir así», y que buscarán «restaurar la democracia y liberar a los presos políticos». Jeanine Añez y Luis Fernando Camacho se encuentran actualmente presos. Además, denunció que «una élite se ha adueñado del poder del Estado».

Posteriormente, manifestantes se enfrentaron al Ejército. Estos respondieron con gases antidisturbios. Durante esos momentos, Luis Arce y Juan José Zúñiga se enfrentaron en el Palacio Quemado, junto con los medios de comunicación. El presidente le ordena que vuelvan inmediatamente a los cuarteles y el general le dijo que no, ya que no tiene competencias militares para ello.

Tras esos hechos, Luis Arce emite un comunicado a la nación e inmediatamente depone del puesto a Zúñiga y nombra a José Wilson Sánchez y varios comandantes más, que instantáneamente ordenaron a los militares a volver a sus cuarteles. Después de eso, el golpe acabó y Zúñiga fue detenido por la Policía Nacional de Bolivia cuando ingresaba al Estado Mayor de La Paz. La fiscalía del país ha iniciado la apertura de una causa.

Después de la detención, el excomandante declaró que se reunió con el presidente el 23 de junio y que este le pidió que sacaran los tanques a las calles. «El domingo 23 de junio, me reuní con el presidente en el colegio La Salle. El presidente me dijó: ‘La situación está muy jodida, esta semana va a ser muy critica. Entonces, es necesario preparar algo para levantar mi popularidad’». Tras esas declaraciones, le trasladaron a las dependencias de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen.

Fin del golpe de Estado

La insurrección militar, sin embargo, fue sofocada en cuestión de horas. Las fuerzas de seguridad bolivianas, junto con el apoyo de unidades militares leales al gobierno, lograron retomar el control de las instalaciones ocupadas y arrestar a Zúñiga y a sus colaboradores cercanos. En pleno golpe de Estado, Luis Arce dio un discurso a la Nación y posteriormente designó a José Wilson Sánchez como nuevo comandante de las fuerzas armadas, que ordenó inmediatamente a los militares movilizados el «regreso a los cuarteles». Tras eso, los militares abandonaron el Palacio Quemado que invadieron previamente, y se procedió a la detención del excomandante Zúñiga.

Reacciones internas

Inmediatamente después de comenzar el golpe de Estado, se convocaron manifestaciones en defensa de la democracia. Universidades cerraron en apoyo al Gobierno de Luis Arce. La población colapsó gasolineras, casas de cambio, supermercados, farmacias y centros comerciales, por el temor de que pudiera haber escasez. Las aglomeraciones se percibieron durante todo el país.

Respecto a personalidades, Evo Morales fue el más activo en redes. En su perfil de X, comenzó diciendo que «se gesta un golpe de Estado». Tras eso, pidió una «movilización nacional para defender la democracia». «No permitiremos que las Fuerzas Armadas violenten la democracia y amedrenten al pueblo», añadió. La expresidenta Jeanine Añez, criticó el golpe. «Repudio total a movilización de militares en plaza Murillo pretendiendo destruir el orden constitucional. El MAS con Arce y Evo deben irse a través del voto el año 2025. Los bolivianos defenderemos la democracia».

Carlos Mesa, presidente de Comunidad Ciudadana y expresidente del país, manifestó su «repudio a cualquier acción militar que pretende socavar la democracia e interrumpir el periodo constitucional vigente». «El mandato del actual gobierno debe concluir el 8 de noviembre de 2025. Cualquier intento como este no es otra cosa que un golpe de Estado. Comunidad Ciudadana se alinea con la defensa militante de la democracia». Otros grupos como sindicatos y partidos políticos declararon una huelga general indefinida y jornadas de manifestaciones en La Paz.

Reacciones internacionales

El rápido colapso del intento de golpe se debió en gran parte a la falta de apoyo dentro de las fuerzas armadas y a la condena unánime de la comunidad internacional, que se pronunció en apoyo al gobierno democráticamente elegido de Arce. Los Gobiernos de Brasil, Chile, Colombia, Cuba, España, México, Nicaragua, Paraguay, Uruguay y Venezuela condenaron el ataque. Por su parte, Argentina lo condenó por parte de la canciller Diana Mondino.

De igual forma, organizaciones internacionales respaldaron a Luis Arce. La Organización de los Estados Americanos condenó el intento de golpe de Estado; La Unión Europea, por medio del alto representante para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, aseguró que el bloque comunitario «no acepta intentos de acabar con Gobiernos elegidos democráticamente». El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, pidió la vuelta a la normalidad. «La UE apoya la democracia y al pueblo boliviano». Ursula von der Leyen, por su parte, aseguró que «La Unión Europea apoya a las democracias y expresa su firme apoyo al orden constitucional y al Estado de derecho en Bolivia».

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Artículo escrito por:

Rubén Asenjo Morillas. Periodista apasionado por la actualidad internacional y la geopolítica. Escribo para entender el mundo en constante cambio y compartir perspectivas que despierten la reflexión y el debate. Comprometido con la búsqueda de la verdad y las historias que impacten e inspiren.

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