- Maduro busca acercamientos con Estados Unidos antes de los comicios presidenciales del 28 de julio, donde se enfrentará a Edmundo González.
- Según el presidente, con este acuerdo busca «entendimiento, cambios y un futuro para Venezuela».
- Las elecciones del país están bajo vigilancia para evitar que se entorpezca más a la oposición. De momento han habido detenidos, falta de observaciones internacionales y la limitación del voto a los residentes extranjeros.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, informó este lunes que reiniciará conversaciones con el Gobierno de Estados Unidos. «Quiero superar este conflicto brutal y estéril con ellos. Yo he recibido la propuesta durante dos meses continuos del Gobierno de los Estados Unidos para restablecer las conversaciones y el diálogo directo, luego de pensarlo durante dos meses he aceptado, el próximo miércoles se reinician las conversaciones con EEUU», confirmó el mandatario en la televisión.
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Nicolás Maduro aseguró que estas negociaciones tienen el objetivo de que EEUU «cumpla con los acuerdos firmados en Catar y para restablecer los términos del diálogo con respeto y sin manipulaciones». El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez, será el encargado para estas negociaciones. También asistirá Héctor Rodríguez, presidente del estado de Miranda.
«Ya saben quién va a ganar, y yo se las voy a poner fácil. Soy un hombre de diálogo, y quiero que a través del diálogo se respete a Venezuela, a hacer respetar a nuestro país, su democracia, su pueblo», confirmó. «Quiero entendimiento, cambios y un futuro para Venezuela bajo la soberanía y la independencia de mi país». De igual modo, Maduro expresó que quiere «un futuro» para sus relaciones con EEUU. Eso, según el presidente venezolano, conlleva el fin de las reuniones «a escondidas» porque luego no se cumplen los pactos «secretos».
Biden facilitó las negociaciones entre Maduro y EEUU
Desde la entrada Joe Biden a la presidencia en enero de 2021, se ha adoptado una estrategia más flexible y negociadora con Venezuela, en contraste con la política de «máxima presión» de Donald Trump. En 2022, delegaciones de alto nivel de la Casa Blanca visitaron Caracas para mantener reuniones «respetuosas, cordiales y diplomáticas» con el gobierno de Maduro. Esto marcó un cambio de paradigma en la relación entre EEUU y Venezuela.
Biden ha priorizado el uso de incentivos sobre las sanciones económicas, buscando aprovechar la influencia que estas han generado dentro del régimen de Maduro. Por ejemplo, autorizó a Chevron a reanudar operaciones petroleras limitadas en Venezuela para comenzar diálogos con la oposición.
La administración Biden también ha mostrado interés en la liberación de presos estadounidenses detenidos en Venezuela, lo que llevó a un intercambio de presos entre ambos países a principios de 2023. Siete estadounidenses detenidos en Venezuela desde 2017 por el régimen de Maduro se liberaron a cambio de que EEUU trajera de vuelta a dos sobrinos de la pareja del presidente, acusado por delitos de narcotráfico.
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A finales de 2023 volvieron a negociar ambos en Catar. Venezuela buscaba liberar al empresario colombiano Alex Saab, testaferro de Maduro. Estuvo detenido en EEUU desde 2020 por un posible delito de blanqueo de capitales. Caracas, por su parte, liberó a unos diez presos estadounidenses.
Asimismo, el régimen de Maduro junto con la oposición del país firmó el pacto de Barbados, con el objetivo de negociar las condiciones y fecha de los comicios electorales. Tras esa medida, EEUU relajó las sanciones contra las petroleras. Sin embargo, poco duró, ya que se volvieron a reactivar tras la inhabilitación a María Corina Machado, principal candidata presidencial de la oposición. Además, durante este 2024 se ha detenido a más de 40 opositores militantes.
La oposición va unida contra Maduro
EEUU acusa a la administración de Nicolás Maduro de no eliminar las inhabilitaciones a los opositores del país. El próximo 28 de julio Maduro y Urrutia se enfrentarán en las elecciones presidenciales del país. Estas elecciones serán las primeras en diez años en las que se cuente con oposición. Sin embargo, solo el Centro Carter participará como observador electoral. Finalmente, la Unión Europea no podrá.
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La situación migratoria en Venezuela es crítica. Millones de habitantes han huido, y estos tienen problemas para registrarse en la votación. El régimen de Maduro sabe qué gran parte de ese electorado votará contra él. Por ello, de entre los 3,5 y 5,5 millones de personas que podrían votar en el exterior, solo 70 mil han recibido el registro. Muchas organizaciones denuncian que este impedimento supone un fraude electoral.
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Artículo escrito por:
Rubén Asenjo Morillas. Periodista apasionado por la actualidad internacional y la geopolítica. Escribo para entender el mundo en constante cambio y compartir perspectivas que despierten la reflexión y el debate. Comprometido con la búsqueda de la verdad y las historias que impacten e inspiren.
