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La relación entre India y Estados Unidos se gesta en las urnas: estrategias geopolíticas y proyecciones

Análisis

Miguel Á. Melián
Miguel Á. Melián
Graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Rey Juan Carlos, ha tenido la oportunidad de realizar másteres en distintos ámbitos académicos: Seguridad e Inteligencia (FESEI); Relaciones Internacionales y Diplomacia (Escuela Diplomática de España); Negocios Internacionales (PROEXCA-Gobierno de Canarias) y, actualmente, cursando el máster en Ciencia Política y Gestión Pública (URJC). Considero que la curiosidad es el motor del crecimiento personal y profesional, pues siempre me ha guiado e impulsado a lo largo de mi camino. Interesado principalmente en el análisis geopolítico internacional en sus distintas vertientes y ámbitos, con especial atención por el equilibro de poder global y su impacto en un escenario internacional cada vez más inestable

El 2024 va a pasar a la historia como el año en el que el mayor número de personas ejercieron su derecho al voto. Desde Panamá hasta Indonesia, un total de 76 países renuevan su presidencia, perpetuando así antiguas personalidades o dando lugar a otras caras nuevas. Sin embargo, la exponencial influencia de la geopolítica en todos los órdenes estatales obliga a situar el foco en dos potencias globales, India y Estados Unidos.

Sin duda alguna, la celebración de elecciones en India y Estados Unidos suponen un punto de inflexión para sus respectivos contextos nacionales. La continuación de Narendra Modi y el segundo asalto entre Biden y Trump reflejan las diferentes características de uno y otro proceso electoral. Sin embargo, guardan una especial relación en dos aspectos fundamentales para el orden internacional: su posición contra el ascenso de China y las repercusiones que puede tener una alianza indio-americana fortalecida y estructurada para el equilibrio de poder global. 

Tercer mandato de Narendra Modi: ¿continuidad o problemas a la vista?

Tras superar el polémico contexto de las elecciones presidenciales de 2019 y más de un mes y medio (44 días en total) de periodo electoral, la India concluyó el pasado 1 de junio de 2024 su ciclo electoral. El proceso electoral, dividido en siete fases que asignan progresivamente qué estados y distritos pueden votar, concluyó con una participación de más de 640 millones de personas, superando los 610 millones de votantes del año 2019. Los resultados analizados hasta ahora reflejan una nueva victoria del actual Primer Ministro Modi, que liderará el gobierno en un tercer mandato consecutivo. 

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Aunque el número de votos ha aumentado un 3%, la coalición liderada por el Partido Bharatiya Janata (BJP) ha obtenido 240 escaños de los 543 del Lok Sabha (Cámara Baja). Por ello, depende del apoyo de los demás actores políticos de la Alianza Democrática Nacional, que gobierna en India desde hace casi 10 años. Finalmente, se espera que la alianza alcance los 292 escaños, logrando así la mayoría absoluta. El principal obstáculo lo encuentra en el ascenso de la Alianza Progresista de la India, con un aumento sustancial de más de 47 escaños de su partido líder, el Congreso Nacional Indio. 

El sorpresivo crecimiento de la oposición, considerada por muchos analistas débil y desorganizada, ha supuesto un cambio de tornas en el panorama político indio, poniendo en cuestión los resultados de algunas de las políticas de Modi. Además, al aumento de partidos de la oposición también se suma un mayor protagonismo del Partido Samajwadi, un partido regional de la región de Uttar Pradesh reconocido por su continuo enfrentamiento con las políticas religiosas y la falta de acceso a recursos de las zonas rurales, lo cual indica un creciente descontento en algunas regiones de la India. Este además está impulsado por sentencias controvertidas del Tribunal Supremo de la India y la reforma de la Constitución. 

Ante la reelección de Modi como Primer Ministro por tercera vez consecutiva, es obligatorio entender qué impacto puede tener en la posición internacional de la India. Ahora bien, hay que mencionar algunos factores nacionales que destacan en estas elecciones por su influencia, tanto negativa como positivamente. El crecimiento económico sostenido desde el año 2015, la alta tasa de paro juvenil, la falta de diversificación de la actividad económica (actualmente la agricultura representa el 42% del total de la actividad económica del país), el crecimiento del sectarismo musulmán en determinadas regiones… son algunas de los principales de las variables que más han influido en la población india al ejercer su voto.

A lo largo de estos años, los esfuerzos del Gobierno de Modi han estado dirigidos fundamentalmente en cuatro líneas: expandir el modelo de Estado del Bienestar; promover la ideología Hindutva (nacionalismo hindú); aumentar la presencia internacional del país y, por último, impulsar el crecimiento económico. 

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Estas líneas de acción se han convertido en los vehículos electorales sobre los cuales Modi ha edificado su carisma y su popularidad entre la población, contando de media con una aprobación del 78%. Por otro lado, en términos generales se pueden observar éxitos en el ámbito económico, ideológico y, sobre todo, en el posicionamiento global de la India. Elementos que serán sin duda protagonistas en esta nueva etapa que se abre a continuación, y cuyo impacto geopolítico se analizará más adelante. 

Estados Unidos 2024: contienda electoral e implicaciones estratégicas con la India

Dos actores de peso vuelven a enfrentarse en un contexto electoral complejo. Sin comparación que les haga sombra, las elecciones presidenciales en Estados Unidos. son cruciales para entender el equilibrio de poder global y su futuro. La lucha por la Casa Blanca está nuevamente protagonizada por personajes de reconocida controversia. Sin embargo, las repercusiones internacionales del resultado electoral pueden ser de gran calado, donde la India se ha posicionado en los últimos años como un socio estratégico para Estados Unidos en términos globales, no solamente bilaterales.

En vistas a obtener una imagen completa de cómo está la situación y qué posición tendrían uno y otro candidato a la presidencia estadounidense, cabe diferenciar ambas posiciones. En primer lugar, la Administración Biden se ha mostrado bastante abierta a colaborar con la India, estrechando lazos y convirtiéndose en un aliado fundamental en ámbitos estratégicos como la tecnología, la defensa o la educación.

Por el lado de Trump, la relación con la India bajo su mandato estuvo fuertemente marcada por una combinación de continuidad estratégica y desafíos comerciales y económicos. A grandes rasgos, se avanzó en el fortalecimiento de su alianza estratégica, mejorando las relaciones de cooperación en Seguridad y Defensa, llevando a cabo desde ejercicios militares conjuntos hasta el impulso del QUAD. 

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En contraste, medidas arancelarias y restricciones a la inmigración generaron momentos de tensión. La revocación del estatus de comercio preferencial de India y las posibles restricciones a las Visas H-1B, que afectan a la diáspora india, son ejemplos del complejo entramado de sus relaciones diplomáticas. Sin embargo, durante la Administración Trump, las relaciones bilaterales se destacaron por el acercamiento geopolítico frente a la preocupación por China, así como por la buena relación entre Trump y Modi, lo que benefició a Modi en temas como los derechos humanos y la democracia, cuestiones debatidas en el escenario internacional. 

No obstante, un elemento de radical importancia en el contexto electoral, político y social estadounidense es el aumento progresivo de la influencia india. Con más de cinco millones de indios-americanos, un ecosistema educativo bilateral cada vez más interconectado y con una cantidad de indios de segunda generación en ascenso (la actual vicepresidenta, Kamala Harris, es un ejemplo de ello), la comunidad indio-americana está adquiriendo cada vez más poder. 

Esto se puede ver reflejado, por ejemplo, en el alineamiento del Caucus Indio con posiciones estratégicas estadounidenses, como puede ser el conflicto entre Israel y Hamás, o en las diversas plataformas políticas que sirven de altavoz para defender los intereses nacionales indios desde Estados Unidos. En esta línea, el grupo de apoyo al BJP que pertenece al Overseas Friends, que generalmente se refiere a organizaciones o grupos establecidos por expatriados de un país determinado que viven en el extranjero, es un ejemplo de la influencia que ha adquirido Modi en los últimos años en el país estadounidense.

Por tanto, el resultado de las próximas elecciones estadounidenses puede determinar el rumbo de sus relaciones con India, aunque claramente seguirán apostando por su desarrollo y crecimiento. Ambos candidatos son conscientes de la importancia de India como aliado frente a los desafíos que representa China en regiones de interés compartido, como el Indo-Pacífico y otras partes del mundo. Así, el crecimiento sostenido de la influencia india en Estados Unidos refleja el acercamiento construido en las últimas décadas, por lo que es crucial atender al impacto geopolítico de esta alianza, independientemente de los resultados electorales.

Impacto global: ascenso indio y estrategias conjuntas

Partiendo de un escenario electoral indio más claro que el estadounidense, estas relaciones bilaterales están destinadas a ser protagonistas en las próximas décadas. Una región de interés geopolítico natural es el Indo-Pacífico. Las relaciones bilaterales trascienden la diplomacia tradicional y se sitúan en un plano geopolítico frente a un enemigo común: el ascenso de China. Por distintos motivos, ambos actores consideran amenazantes las acciones unilaterales de China que afectan al comercio, la seguridad y la estabilidad internacional.

Desde iniciativas como el String of Pearls o las controversias por las limitaciones marítimas soberanas por parte de China, le han labrado varios enemigos en la región. Filipinas, Indonesia, Vietnam o Malasia son claros ejemplos de cambio de posicionamiento respecto al problema chino, alineándose incluso con Estados Unidos para según qué objetivos. 

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Asimismo, el tándem Estados Unidos-India se posiciona como una alianza esencial para fomentar la cooperación militar y de defensa entre los países de la región. Marcos de colaboración como el mencionado QUAD o el acuerdo franco-indio son cruciales para fortalecer las relaciones de seguridad en la región. Impulsadas, además, por los acuerdos militares-tecnológicos alcanzados bajo la Administración Biden, la India se sitúa como un socio estratégico en la estrategia estadounidense del Indo-Pacífico como escenario desequilibrador para los próximos años.

Por el contrario, esta alianza puede interpretarse como un éxito diplomático del Gobierno de Modi. Sin duda, la consolidación de India como un actor clave en la arena global es resultado del esfuerzo indio en la última década por alcanzar dicho rol. La presidencia del G20 en 2023, la participación en los Ejercicios Navales Malabar, el acercamiento a Vietnam y a la ASEAN, el bloqueo estratégico de Pakistán en Naciones Unidas o el liderazgo indudable en términos tecnológicos y financieros se han convertido en hitos en la política exterior india en la última década.

Como ejemplo de ello, para comprender cómo India se posiciona como una potencia líder, es notable que, de los 2.100 millones de jóvenes menores de 25 años que viven en el planeta, 750 millones son indios. Esto representa un potencial mucho mayor que el de sus competidores y subraya la importancia de India en el escenario global.

En esta línea, la India ha logrado posicionarse en la diplomacia global como un actor con capacidad para actuar como puente entre grandes potencias y países en desarrollo, siendo capaz de integrar diferentes enfoques e impulsando un estilo de gobernanza global propio y caracterizado. Por estos motivos, una alianza reforzada entre India y Estados Unidos tendría (y tiene) un efecto global cuyas implicaciones se pueden encontrar desde el ámbito comercial hasta la seguridad internacional, donde la contención a China es sin duda alguna su fin más característico.

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Por consiguiente, con India adquiriendo cada vez más peso e influencia internacional y Estados Unidos jugando su posición hegemónica global y su liderazgo nacional, ambas partes son conscientes del profundo impacto geopolítico que tendría continuar consolidando su asociación estratégica de primer nivel. Ante un panorama internacional que está viendo complejas reconfiguraciones de poder, con un desplazamiento hacia el Pacífico, es vital que los esfuerzos bilaterales se enfoquen en impulsar sus capacidades y su potencial disuasorio para contener al gigante asiático.

Proyecciones y perspectivas geopolíticas: Estados Unidos – India

Recapitulando, en un año marcado por elecciones cruciales a nivel global, los focos deben situarse en la India y en Estados Unidos. Con Modi en su tercer mandato y una nueva contienda entre Trump y Biden, las relaciones entre ambas potencias son fundamentales para el futuro geopolítico internacional. El enfrentamiento entre China y Estados Unidos tiene tales repercusiones significativas para potencias emergentes como la India, que está tomando un rol activo en este conflicto al alinearse con su socio norteamericano.

De igual forma, para Washington, la importancia de mantener y consolidar sus relaciones estratégicas con la India es clara. Los resultados electorales del próximo noviembre no serán determinantes para la alianza con India, ya que, impulsada por el contexto geopolítico actual, esta relación se ha convertido en un eje esencial de la política exterior norteamericana. Este contexto favorece determinantemente el alineamiento estratégico entre ambos países. Como resultado, el Indo-Pacífico seguirá ganando relevancia para los intereses geopolíticos de la alianza indo-estadounidense, con el objetivo principal de contrarrestar a China.

Ambos países emplearán sus recursos y capacidades para avanzar en una línea común, alineando sus intereses para desequilibrar la balanza en contra de China. Este esfuerzo conjunto no solo fortalecerá sus respectivas posiciones en la región, sino que también contribuirá a la estabilidad y seguridad global, reafirmando la importancia de la cooperación entre India y Estados Unidos en un mundo cada vez más interconectado y competitivo.

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