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¿Qué es y cómo nos afecta la subversión ideológica?

Análisis

Marc Vendrell
Marc Vendrell
Director Académico en las áreas de Análisis de Inteligencia y Análisis Internacional en LISA Institute. Anteriormente, Asesor Político de Proyectos Europeos y Agenda 2030 en la Administración Pública. Profesor de Ciencias Políticas y Consultor estratégico. A nivel académico es Graduado en Ciencias Políticas por la UNED, Especialidad en Geopolítica y Seguridad Humana. Máster de Análisis de Inteligencia por la Universidad de Pegaso (Italia), Posgraduado en Relaciones Internacionales y Geopolítica por la UOC, Autor del libro "La teoría de Juegos y el conflicto comercial chino-estadounidense".

Este concepto, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, «subvertir» tiene como significado trastornar o alterar algo, especialmente el orden establecido. Pero, ¿cómo se relaciona la subversión con la ideología? En este artículo, el Director Académico en Análisis de Inteligencia y Análisis Internacional de LISA Institute y Profesor del Curso de Analista Político Internacional, Marc Vendrell, explica qué es y cómo nos afecta la subversión ideológica.

Las operaciones psicológicas han sido conocidas también con otros términos, como guerra política y la propaganda.​ El concepto de guerra psicológica se usa para «definir cualquier acción que se practica sobre todo por métodos psicológicos con el ánimo de evocar una reacción psicológica planeada en otras personas».​ Se usan varias técnicas para realizarla y está dirigida a influir en el sistema de valores, en el sistema de creencias, en las emociones, en el razonamiento o en el comportamiento del público.

Las operaciones psicológicas tienen muchas formas de aplicarse, y diversas técnicas, en este caso, hablaremos de la subversión ideológica.

La historia detrás de la subversión ideológica

La subversión ideológica es una forma de combatir al enemigo sin utilizar ninguna arma más allá de unas cuantas técnicas psicológicas/sociológicas/políticas.

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Durante la Guerra Fría, el KGB (Inteligencia rusa) no solo era una organización que se dedicaba al espionaje, sino también iba más allá. Yuri Bezmenov fue un agente especializado en propaganda y operaciones psicológicas del KBG que desertó a Estados Unidos y terminó viviendo en Canadá. Trabajó para la Agencia de Prensa Novosti, versión soviética en el mundo real del Ministerio de la Verdad de 1984, la novela de George Orwell. Como presunto empleado de Novosti, el KGB lo destinó a la embajada soviética en Nueva Delhi, donde llegó a ser jefe adjunto de uno de los departamentos del Grupo Secreto de Investigación y contra propaganda.
Según él, la antigua Unión Soviética aplicaba en la sociedad occidental y en concreto la de Estados Unidos, este concepto de subversión ideológica.

¿Cómo se aplica? ¿Aún se utilizan estas técnicas y no somos conscientes? Explicamos su ejecución en cuatro fases:

Primera etapa: desmoralización

La primera de las fases es la «desmoralización». Además de ser la primera etapa, también es la más costosa, ya que podría llevar más de una década en ser efectiva. Aun así, aparecen varias generaciones de gente joven (normalmente estudiantes universitarios) que desafían y contrarrestan los valores occidentales desde dentro del propio país, sin ser conscientes de que han sido «manipulados» durante años por una potencia extranjera.

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Bezmenov explicó que la desmoralización es importante porque priva a la población objetiva de su capacidad de procesar información válida. Incluso cuando los sujetos de la desmoralización son «colmados de pruebas auténticas» de posiciones contrarias, simplemente «se niegan a creerlo».

Segunda etapa: desestabilización

La segunda etapa en la subversión ideológica es la «desestabilización», bastante más rápida de aplicar que la anterior. Según el KGB, solo se requieren entre dos y cinco años para su total efectividad.

Esta fase es básicamente una estrategia de debilitamiento institucional y estructural de las organizaciones más importantes de un país. Sectores como el de Defensa, Interior (Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado) y la Inteligencia del país son los más delicados y los que pueden socavar la capacidad del Estado para responder a amenazas tanto exteriores como interiores.

Esta fase debe crear una «crisis» fomentando la inseguridad y el estrés en la población. Además, los Estados suelen ser más vulnerables a esta fase en épocas de crisis económicas y social, donde hay una gran polarización política y los países enemigos puedes fácilmente aprovechar la coyuntura.

Tercera etapa: crisis

En este momento, la sociedad está envuelta en un caos social, alta tensión y con una confianza muy escasa hacia sus propias instituciones, provocada tanto por variables endógenas como exógenas. 

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Bezmenov destacó que esta crisis podría manifestarse de diversas formas, incluida la agitación política, el colapso económico o el malestar social, hasta el objetivo final que sería el cambio radical en el poder debido a la desesperación y desconfianza de la sociedad, y parte de este cambio, estaría controlado desde el exterior.

Operaciones psicológicas, fake news o impulso económico son acciones que fuerzas externas pueden realizar para empeorar aún más la situación y favorecer un cambio, ya sea para controlar un nuevo régimen o, simplemente, para desestabilizar y debilitar al país.

Por ejemplo, potenciando una alternativa ideológica a la actual o soluciones alternativas, creando una oportunidad para modificar las dinámicas de poder y la imposición de nuevas ideas extranjeras a una población en ese momento muy débil y vulnerable.

Etapa final: normalización

Es ahora donde la ideología subvertida se convierte en lo normal. Esta fase no es una especie de nueva normalidad o estabilidad, sino más bien un nuevo orden social basado en una ideología que antes era algo ajeno a la población, pero ahora es este nuevo orden. 

Todo lo social está ahora remodelado con nuevos pensamientos, tanto individuales como colectivos, borrando la identidad cultural y los valores que previamente reinaban en ese país. En este momento el proceso de subversión es total y está completado.

Las explicaciones del exagente del KGB Yuri Bezmenov respecto a las etapas de la subversión ideológica son todavía actuales y son un aviso sobre la importancia de proteger los principios, las bases y la identidad cultural que constituyen el carácter de un país. Comprender, estudiar y conocer estas etapas ofrece una estructura para identificar y neutralizar posibles riesgos a las democracias y la cohesión social de las mismas.

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