En un contexto electoral, resulta fundamental entender el origen, los antecedentes y el funcionamiento del sistema electoral de un país. En este caso, hablamos sobre el sistema electoral de Francia, su popular sistema presidencial a dos vueltas y las diferencias entre las elecciones presidenciales, programadas para el 2027, y la reelección de los representantes del poder legislativo y el Primer Ministro.
¿Cómo es la convocatoria del sistema electoral en Francia?
Tras la debacle del partido Renacimiento del presidente francés, Emmanuel Macron en las elecciones europeas, el mandatario convocó anticipadamente las elecciones legislativas. Su objetivo era recuperar terreno concentrando el voto en su formación. Besoin d’Europe (que se traduce al castellano como Necesito Europa), la coalición bajo la que concurrieron sus siglas, obtuvo un escaso 14,60% de los votos. El partido de Macron quedó en segunda posición después de la Agrupación Nacional de Marine Le Pen, que ganó las elecciones con el 31,37% de los sufragios.
Ante la convocatoria de elecciones, las formaciones políticas del país comenzaron movimientos para concentrar el voto de acuerdo con el sistema electoral francés. Así pues, el líder de Les Républicains (centro-derecha clásico del bipartidismo francés), Éric Ciotti, tentó una coalición con Rassemblement National, propuesta por la que fue expulsado de su partido. Los continuos debacles electorales de su formación política le impulsaron a probar con esta fórmula para remontar el proyecto político, pero desde las filas conservadoras no vieron con buenos ojos este movimiento.
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Por otra parte, otro de los movimientos más destacados durante esas semanas fue el pacto por la unión de toda la izquierda bajo las siglas del Nuevo Frente Popular. La coalición reúne desde el extinto bipartidismo, el Partido Socialista francés hasta la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, los partidos ecologistas y las formaciones comunistas. El principal motivo detrás de esta candidatura conjunta es buscar la no división del voto progresista ante la que muchas candidaturas de Agrupación Nacional saldrían victoriosas.
Las elecciones legislativas en Francia eligen a sus 577 diputados en la Asamblea Nacional. En primer lugar, es fundamental distinguir este proceso electoral de las elecciones presidenciales, que están previstas para 2027. En este proceso electoral no están en juego el cargo de Presidente de la República, que actualmente ostenta Macron, sino los representantes del poder legislativo y el Primer Ministro, cargo que en la actualidad es ocupado por Gabriel Attal, del partido de Macron.
¿Cómo funciona el sistema electoral a dos vueltas en Francia?
Tanto en las elecciones presidenciales como en las legislativas, los franceses votan en un sistema de dos vueltas. De esta forma, siempre hay dos convocatorias con las urnas. Además, la representatividad varía considerablemente por los movimientos tanto tácticos como ideológicos que se dan de cara a la segunda vuelta.
En el caso de las presidenciales, los dos candidatos de los dos partidos más votados pasan a la segunda vuelta. En esa segunda vuelta, se vota solamente entre ambas opciones. Este sistema tradicionalmente ha beneficiado la supervivencia del bipartidismo francés y la consolidación de grandes mayorías de gobierno. Sin embargo, ambas formaciones han perdido su fortaleza electoral dada la inicial fuerza del macronismo, que en sus inicios emergió como fuerza transversal.
Precisamente, dichos gobiernos de Macron han modificado el tablero político francés. Actualmente, existe una mayor polarización en la sociedad, con el crecimiento de fuerzas a los extremos del tablero político. Por lo tanto, la correlación de fuerzas tiene efectos en los cambios de voto de cara a la segunda vuelta.
En la primera vuelta de las legislativas, se vota entre todos los candidatos que se presenten en cada una de las circunscripciones. Estos suman el total exacto de número de diputados que se eligen para la Asamblea Nacional: 577. Dichas circunscripciones abarcan aproximadamente áreas de 125.000 habitantes. Por ejemplo, París cuenta con 18 circunscripciones y, por lo tanto, elige en total 18 diputados.
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En otros sistemas como el de España, las provincias actúan como circunscripciones. Además, los criterios son primero el de representatividad y, segundo, la proporcionalidad poblacional. Todas las provincias tienen una representación mínima recogida en la Constitución Española de dos escaños. Todas excepto Ceuta y Melilla, que conforman una circunscripción de 1 escaño cada una.
En el caso francés, en la primera vuelta de las elecciones legislativas el objetivo de cada candidato es obtener mayoría absoluta. Con ello, busca obtener la representación territorial total de su circunscripción. En caso de no conseguirlo, pasan a la segunda vuelta aquellos candidatos que se han quedado entre la mayoría absoluta de votos y el mínimo del 12,5% de los apoyos. Los candidatos que han obtenido la mayoría en primera vuelta no se presentan en la segunda. Estos tienen garantizada su presencia en la Asamblea Nacional como representantes de su partido.
¿Qué pasa con aquellos distritos en los que un candidato obtiene mayoría absoluta? ¿Se vuelve a votar en segunda vuelta? La respuesta es sencilla, no. Si un candidato obtiene más del 50% de los votos en primera vuelta, automáticamente ninguna lista electoral concurre en segunda vuelta. Tiene que haber los mismos diputados que circunscripciones y escaños en la Asamblea Nacional, 577.
¿Cuál es el papel de los representantes en el sistema electoral en Francia?
Es habitual ver retiradas y cambios de estrategia entre la primera y segunda vuelta. Algunos candidatos, pese a haber superado el umbral mínimo, se retiran debido a la necesidad de hacer frente en común contra otra agrupación política.
Este movimiento ha tenido lugar de cara a esta segunda vuelta entre el Frente Popular y Renacimiento. Ambas formaciones han hecho pinza para retirar aquellas candidaturas que quedando en tercera posición, obstaculizaban el triunfo del bloque contrario a la victoria de Agrupación Nacional. En total, más de 210 candidatos de ambas formaciones se han retirado de la carrera por el escaño en la segunda vuelta.
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Este tipo de movimientos estratégicos no tienen garantizado el respaldo del electorado. Los votantes de Macron difieren ideológicamente en muchos aspectos del programa del Frente Popular, y viceversa. Sin embargo, la fortaleza del partido de Marine Le Pen, en este caso, ha movilizado tanto a abstencionistas como a antiguos votantes centristas y republicanos.
En cuanto a la segunda vuelta, el ganador absoluto, es decir, el más votado en cada circunscripción, ganará un escaño en la Asamblea Nacional. Por lo tanto, en algunos distritos, es posible que la concentración entre el voto del segundo y el retirado tercero más votado en primera vuelta, supere al anterior ganador y se haga con el escaño. Por otra parte, también es posible que dada la nueva correlación de fuerzas, muchos votantes se abstengan para no votar un programa de gobierno en el que no creen. Esto podría favorecer una victoria más clara de la fuerza que ya había ganado la primera vuelta.
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