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Proceso de integración en la Unión Europea: trayectoria y desafíos actuales

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La Unión Europea nace en la década de los años 50 como respuesta al horror de la Segunda Guerra Mundial y con el objetivo de prolongar un tiempo de consenso y paz en nuestro continente. Desde entonces, son muchos los países que han ido adaptándose y adoptando el proyecto europeo. En este artículo, David García Pesquera, estudiante del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico analiza el proceso de integración en la Unión Europea desde sus inicios hasta la actualidad.

Durante las últimas décadas de historia europea, se ha sucedido un proceso de integración y ampliación de los miembros de la comunidad europea hasta alcanzar los 27 países actuales. Ser miembro de pleno derecho no atiende únicamente a criterios geográficos, sino que también se deben cumplir unas variables de calidad democrática, transparencia institucional y desarrollo económico y social.

Estados fundadores de la Unión Europea

El 9 de mayo de 1950, Robert Schuman, perteneciente a la tradición democristiana europea, propone articular la reconstrucción europea en torno a la protección del acero y el carbón, fundamentales para el mercado del continente. En 1951, las comunidades europeas nacen a través de la cooperación económica europea, formada por Bélgica, la República Federal de Alemania, Francia, Italia, Luxemburgo y Países Bajos. Así nace la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), precursora de la Unión Europea actual.

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Estos inicios explican que el 9 de mayo se celebre el Día de Europa, fecha de la denominada Declaración de Schuman, que junto a Jean Monnet, Konrad Adenauer, Alcide De Gasperi y Paul-Henri Spaak son considerados los padres de Europa o padres fundadores. Todos ellos provenían de la familia democristiana representada actualmente en su mayoría por el Partido Popular Europeo (PPE), excepto el belga Spaak, socialdemócrata, representado por los Socialistas y Demócratas (S&D).

La presencia de estos seis países fundadores no tardó en aportar beneficios. El mercado del carbón y el acero se incrementó en esta comunidad en más de un 20% y la riqueza de estos países aumentó en más de un 17%. Además, el paro descendió y la seguridad de los trabajadores aumentó. En lo político, además, al controlarse quién producía qué la pacificación de la zona era una realidad. Con la creación de una unión aduanera, era imposible que alguien destinase fuera de los tratados internacionales una cantidad distinta a la autorizada. 

Todos los estados fundadores se beneficiaron. Desde el Puerto de Róterdam en Países Bajos, los paraísos fiscales de Luxemburgo, el creciente protagonismo industrial para los belgas, los italianos que irrumpen como gran aliado y país industrializado del sur del continente y alemanes y franceses pondrían fin a sus disputas históricas y liderarían el desarrollo económico del continente.

Con el Tratado de Roma de 1957 se funda oficialmente la Comunidad Económica Europea, (CEE), aglutinando todos los proyectos en marcha en la CECA e iniciando el legado institucional europeo garante de un tiempo de paz y cooperación. El cambio de nombre a la actual Unión Europea tiene lugar en el año 1993 tras el Tratado de Maastricht, que abrió una nueva etapa basada en la cooperación en asuntos de seguridad, justicia y política exterior.

Primeras ampliaciones de la Unión Europea

Tras los primeros años en los que los seis países fundadores echaron a andar el proyecto europeo, comenzaron las ampliaciones. La primera tiene lugar en 1973, con la entrada de Dinamarca, Irlanda y Reino Unido. La CEE pasaba así de 6 a 9 países miembros, ampliando su campo de acción e incorporando una de las principales potencias a nivel europeo y mundial.

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Posteriormente, la década de los 80 estuvo protagonizada por la ampliación europea en el sur del continente tras caer sus dictaduras durante la década anterior. Primero, Grecia accedió a la CEE en 1981. Más adelante, tiene lugar la ampliación ibérica, con el ingreso de España y Portugal en la organización en el año 1986. En el caso español, su ingreso o permanencia no fue sometido a referéndum, como sí la permanencia en la OTAN apenas dos meses más adelante de nuestra entrada oficial el 1 de enero de 1986.

Austria, Suecia y Finlandia se unen al proyecto europeo en 1995, completando así el proceso de  integración durante el siglo XX, extendido a prácticamente la totalidad del oeste europeo. Se trató además de la primera incorporación a la recién bautizada Unión Europea tras el giro aportado en el Tratado de Maastricht.

Últimas incorporaciones

Ya entrado el siglo XXI, son muchos los países al este del telón de acero que una vez la división internacional emanada de la Segunda Guerra Mundial y presente en tiempos de la Guerra Fría había caído, manifestaban su voluntad de entrar en la Unión Europa y avanzar sus alianzas con las potencias hegemónicas del mundo occidental, también con su integración paralela en la OTAN.

En 2004 tuvo lugar la mayor ampliación de estados miembros hasta ahora vista, con la entrada de Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Chequia, Eslovaquia, Hungría, Eslovenia, Malta y Chipre. Además de estas dos últimas islas mediterráneas, prácticamente la totalidad del antiguo bloque del este europeo, excepto las antiguas repúblicas soviéticas y yugoslavas (excepción de Eslovenia) unieron su destino a la comunidad europea: las repúblicas bálticas y el grupo de Visegrado.

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Posteriormente, en 2007, con la incorporación de Rumanía y Bulgaria, se cerraría el círculo de los países del antiguo bloque oriental que no pertenecían a otro estado en forma de república federal (Unión Soviética o Yugoslavia). La última entrada en la organización data de hace más de una década, cuando en 2013 Croacia ingresó en la Unión Europea. 

Por aquel entonces el número de países alcanzó los 28, gozando de gran salud su membresía, solo causando una única baja a lo lago de toda su historia, la del Reino Unido tras el Brexit. La votación vía referéndum tuvo lugar el 23 de junio de 2016 y fue muy ajustada y dispar en función del territorio (51,9% a favor de abandonar la UE y 48,1% en favor de permanecer). La salida oficial del Reino Unido de la UE se produjo el 31 de enero de 2020, 6 días después de la firma del Acuerdo de Retirada. Desde ese momento, los siguientes meses se articularían pactos para gestionar las relaciones británicas con los países de la unión en asuntos políticos y económicos.

Países candidatos a la UE

Actualmente, hay 9 países que son candidatos oficiales a entrar en la Unión Europea: Albania, Macedonia del Norte, Bosnia y Herzegovina, Serbia, Montenegro, Georgia, Moldavia, Turquía y Ucrania. Por otra parte, Kosovo aparece como candidato potencial, pero no ostenta un estatus similar dado su reconocimiento internacional limitado (por parte de 5 países de la UE, entre ellos España).

Todos los países europeos que así deseen pueden solicitar su adhesión a la UE, siempre y cuando cumplan con los requisitos pertinentes, que se encuentran recogidos en los Criterios de Copenhague. Se plantea como idea principal la necesidad de instituciones estables que aporten garantías democráticas y la defensa del Estado de derecho, los Derechos Humanos y la seguridad de las minorías.

Además, los países candidatos deben defender una economía de mercado y asegurar el funcionamiento de sus sectores productivos de forma que sean capaces de hacer frente a la presión competitiva del mercado comunitario europeo. Por último, resulta fundamental asegurar el cumplimiento de las obligaciones que el contrato de membresía de la UE exige, entre las que se incluyen la aplicación de la legislación comunitaria y la adhesión a los objetivos comunes de la organización.

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El proceso de adhesión consta de tres fases: candidatura, negociaciones de adhesión y adhesión. Esta primera fase es implementada por el Consejo Europeo, que solicita a la Comisión Europea la viabilidad del país candidato para ser miembro oficial. Con base en el criterio de la Comisión, el Consejo otorga el estatus de país candidato, iniciando automáticamente la ronda de negociaciones.

La segunda fase viene marcada por la aplicación de las reformas pendientes y los requisitos a cumplir por parte del país candidato, siempre bajo la supervisión de la Comisión y las informaciones permanentes al Parlamento y el Consejo. Una vez finalizada esta fase y siempre y cuando la Comisión considere que el candidato la ha superado, se firma el Tratado de Adhesión, con la rúbrica y ratificación de todos los estados miembros.

Si bien los criterios y el proceso de integración son uniformes, la UE ha priorizado algunas regiones en su estrategia de adhesión de nuevos miembros, por ejemplo, con el proceso especial para los Balcanes Occidentales. El Proceso de Estabilización y Asociación prioriza esfuerzos en Albania, Montenegro, Bosnia, Serbia y Macedonia del Norte, agilizando reformas económicas e inversiones competitivas que dinamicen los mercados de estos países.

Otro de los casos a comentar es Turquía, país candidato desde 1987, cuando presentó su solicitud. Su proceso de integración es el más largo de la organización hasta ahora, debido a diversos factores: la situación de Chipre, la inestabilidad en el Kurdistán o la brecha existente en términos económicos y sociales. Sin embargo, la principal razón que ha congelado el europeísmo en Turquía es el creciente autoritarismo de los gobiernos de Erdoğan durante los últimos años.

Por otro lado, los otros candidatos, Georgia y Moldavia, padecen un paradigma completamente distinto. Su integración en la UE está influida por su dependencia de Rusia y su pretendido alejamiento de Moscú. En el caso de Moldavia encontramos el dilema de Transnistria mientras que en Georgia la actualidad nos lleva a las protestas europeístas en contra de la Ley de Agentes Externos aprobada por los prorrusos proyecto que limitaría la capacidad de las organizaciones de la sociedad civil y los medios de comunicación para operar libremente en el país.

En conclusión, el proceso de integración en la Comunidad Europea se puede describir como una historia de éxito. Una gran parte de los países del continente se han sentido representados por una organización como la Unión Europea que ha construido un espacio de libertad y paz en un continente que en sus inicios estaba destrozado tras dos guerras mundiales en apenas treinta años.

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